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¿NOS LA PASAMOS EN UNA BATALLA FRENTE AL ESPEJO?

¿Cuántas veces al día te miras al espejo? ¿Cuántas de esas veces te has tratado de una forma amorosa? ¿Por qué a veces es taaan difícil aceptarnos? Y no me refiero a aceptarnos desde la resignación, sino desde el amor.

Les sonará común típicas frases como: “Uy, hoy estoy horrible”, “No quiero salir hoy, nada me queda bien; me siento fea” y “Hoy me ‘siento’ muy gorda”.

Muchas solemos hasta tocarnos, arañarnos o apretarnos aquellos lugares donde nos vemos más llenitas, y esto se convierte en la eterna batalla entre lo que vemos frente al espejo y lo que quisiéramos ver.

A veces, el solo hecho de pararse frente al espejo podría arruinar nuestro día.

¿Pero desde cuándo el sentirse gordo o feo es realmente un sentimiento? En todo este proceso de aprendizaje sobre la imagen corporal, me he dado cuenta de que es mucho más aceptable y más fácil en nuestra sociedad decir que nos sentimos gordas en vez de saber que somos vulnerables, y lidiar con lo que realmente sucede dentro de nosotras.

La palabra “gorda” o “fea” no es un sentimiento y la mayoría de las veces este supuesto sentimiento puede estar asociado con algo que nos está pasando en el momento, como sentirnos apenadas, inseguras, ansiosas, temerosas, solitarias y preocupadas, entre otras cosas.

Y esto es algo serio, nada tiene de superficial, y va más allá de una simple crítica o saboteo a nuestro cuerpo.

El hecho de enfocarnos únicamente en la apariencia física, hace que nos llenemos de pensamientos negativos hacia nosotras mismas y estos pensamientos repercuten en lo que proyectamos en nuestra vida.

El deseo de tener otro cuerpo, de moldearlo, modificarlo y luchar por tenerlo perfecto, nos desenfoca de lo realmente importante y valioso en la vida, impidiéndonos muchas veces, desarrollar todo nuestro potencial.

Entonces, dar lo mejor de nosotras se ve interrumpido cuando no nos sentimos bien en nuestra propia piel.

Infortunadamente, los medios de comunicación, las redes sociales, las marcas de ropa, las modelos de revistas y pasarelas y la publicidad de tratamientos para no tener un gramo de celulitis o una estría, nos han hecho creer que algo anda mal con nuestro cuerpo, y comenzamos a crear ideales de belleza que nos llevan casi que a la locura, porque son ideales irreales, imposibles de cumplir.

No se puede negar que algunas modelos cuentan con una increíble genética, son privilegiadas pero también escasas, y con ayuda de maquillaje, poses y por supuesto Photoshop, nos muestran la supuesta “perfección”.

Así que cuando nos paramos frente al espejo y vemos un cuerpo REAL, con celulitis, estrías y algunos rollitos, sentimos que no encajamos en una sociedad que nos impone esa perfección.

Esto también nos hace pensar, muchas veces, que no conseguimos pareja por nuestra apariencia o que no podemos relacionarnos con otras personas porque nos verán “inadecuadas”, o que no merecemos que nos amen por como lucimos…y lo peor de todo es que llegamos a creernos todos estos cuentos que nos echamos.

¿Realmente crees que la única forma de ser exitosa, admirada, valorada, amada, incluso feliz, es teniendo otro cuerpo? ¿O el día que logres una talla X en jeans será el día que te vas a sentir plena y así si te van a amar?

La apariencia física muy poco tiene que ver con esto, creo que lo más importante o en lo que nos deberíamos ocupar, es en fortalecer nuestra autoestima, en hacer las paces con el espejo, darnos cuenta de que la persona que ves frente a éste, es hermosa, es valiosa, es admirable, ES SUFICIENTE.

Llegar a aceptarnos, a querernos y a amarnos es un camino, es todo un viaje; pero es posible lograrlo…

  1. Rodéate de personas que te hagan sentir amada y valorada, de nada vale que empieces un proceso de aceptación si estás rodeada de personas que no te ayudan.

  2. Cada vez que te pares frente al espejo, sé muy consciente de lo que te estás diciendo, aprende a cambiar los pensamientos negativos por unos compasivos y amorosos.

  3. Repite cada vez que veas tu reflejo en un espejo que te quieres, que te valoras, que tu cuerpo es a quien más deberías agradecerle por todo lo que te permite hacer. Así no te lo creas, si lo repites diariamente, empezarás a creerlo.

  4. Cada vez que digas me siento gorda, fea, horrible…haz una pausa, pregúntate ¿Qué situaciones o qué está pasando en ese momento en tu vida? ¿Alguna preocupación? ¿Alguna situación particular por la que estás pasando? Verás que con el tiempo lograrás encontrar respuestas al simple hecho de decir que te sientes gorda.

  5. El día que elijas estar saludable en cuerpo y mente, en lugar de estar flaca, ese día estás eligiendo amarte.

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