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La belleza, lo "fit" y lo estético como medida de éxito y aceptación social

¿Por qué seguimos propagando la cultura de someter nuestro cuerpo a infinitas mediciones para “validar” o “definir” nuestra belleza?

Está bien que en ciertas ocasiones debamos enfrentarnos a la báscula para evaluar si tenemos un peso saludable, que no vaya en contra de nuestra salud; pero hoy en día nos miden por todo, a nuestro cuerpo lo bombardean y lo presionan por cumplir estándares de belleza que son insostenibles, irreales, poco saludables y muchas veces inalcanzables.


Nos miden por todos lados: el índice de masa corporal, el índice de grasa, medidas en centímetros de brazos, pecho, cintura, cadera, muslos, peso vs. la estatura y hasta el volumen que deberíamos tener. Repito: Esto está bien cuando estamos hablando de salud.

Sin embargo, creo que lo más grave es la presión que ejercen las redes sociales, con los "modelos aspiracionales" de cuerpos perfectos que se muestran a diario y los múltiples y peligrosos "desafíos" que se exponen en ella y que afectan a las más jóvenes, pero también a las mujeres más vulnerables.

Hay retos atroces como comparar nuestra cintura con una hoja de block, o ponernos monedas en la clavícula para ver si éstas se sostienen, o enfrentarnos al famoso “tigh gap” (se trata de tener las piernas tan delgadas que, al juntarlas, se vea un espacio entre las ellas) y ni que decir de una maniobra de cruzar el brazo por detrás hasta intentar tocarte el ombligo. El reto de la hoja de block. El reto de tocarse el ombligo rodeando la barriga con el brazo.



Nos retan también al “antes y después” posteando fotos en redes de los avances que tiene tu cuerpo al someterlos a dietas extremas y el desafío de las mujeres embarazadas, cuando publican la foto del día antes de tener a su hijo vs. el día después de dar a luz y ¡oh sorpresa! ¡sin barriga y completamente plana!

Y podría quedarme contando cuanta basura circula por ahí. Me da tristeza ver como la tecnología nos arrastra a un mundo superficial, sin sentido, que nos arrebata nuestra tranquilidad, haciéndole daño a los más vulnerables, donde nos venden la belleza como fuente de felicidad, pertenencia, aceptación, amistad, amor y éxito.


¿Desde cuándo nos dejamos meter el “cuento” de que la belleza y el éxito son sinónimo de delgadez, de estar fit y de tener 0% de grasa en nuestro cuerpo?

Me impresiona mucho vivir diariamente conversaciones relacionadas únicamente con nuestra imagen corporal y las invito a que seamos conscientes de estas conversaciones. Hice el ejercicio y de verdad TODO el día se habla de dietas, del tratamiento para bajar de peso, de la rutina de ejercicios más efectiva para que no se mueva la nalga, de las inyecciones, pastillas, cirugías, masajes….y ahora todas nos creemos nutricionistas y nos comparamos con las modelos que llevan un estilo de vida “saludable”.

Hoy quiero decir ¡BASTA! Basta de esta locura, basta de esta obsesión; estoy cansada de ver como muchos se arrepienten por comerse un pedazo de pizza o un chocolate, llegando al punto de deprimirse por eso; me duele mucho esta cultura fit, saludable y orgánica donde todo es “prohibido” o todo se convierte en obsesión.

¿Este es el mundo que queremos para nuestros hijos? ¿Este es el ejemplo que queremos darles? ¿Vamos a seguir sometiendo nuestro cuerpo a estar midiéndonos para ver si encajamos o no en esta sociedad? ¿Y qué esperamos de los niños y adolescentes? ¿Que sigan creyendo que lo único importante en la vida es lograr un cuerpo perfecto? ¿Dónde quedaron nuestros valores? ¿Por qué no definimos nuestra belleza como sinónimo de alegría, amabilidad, amor, honestidad, inteligencia, fortalezas y habilidades?

Me parece importante crear una cultura donde queramos nuestro cuerpo, lo cuidemos, le demos alimentos que nos nutran el alma, que hagamos ejercicio para sentirnos vivos, que valoremos nuestro cuerpo por encima de los cuadritos que tengamos en nuestro abdomen.


El cuerpo es solo la forma física que tenemos para trasmitir lo que somos, todo lo que pensamos y hemos vivido es lo que nuestro cuerpo refleja, y lo estamos llevando por el camino equivocado.

Está en nosotros tomar la decisión de apreciar nuestra belleza, valorar y admirar lo que somos como personas, mirarnos frente al espejo y contemplarnos, querernos y sacar a relucir lo mejor que tenemos.

¿Cómo luchar contra esto?

  • Desde @ElCuerpoQueSomos queremos alertar que si bien los retos y desafíos que vemos en las redes sociales son promovidos por y para jóvenes y adolescentes, cualquier persona que sea vulnerable y esté pasando por dificultades con su autoestima, podría caer en un trastorno alimenticio o en una lucha por una extrema delgadez con métodos poco saludables, arriesgando su salud y su vida.

  • Si eres un padre de una adolescente que está haciendo este tipo de retos en las redes, acércate a ella y conversa sobre el tema SIN JUZGARLA, SIN CANTALETA Y SIN ANGUSTIA. Hazlo más con la intención de comprender, escuchar e indagar un poco el por qué de su comportamiento y las razones por las cuales lo hace. Qué significa para ella hacer ese reto, con quién lo hace y cuál es la gravedad del asunto. Invítala a hablar con sinceridad para reconocer que necesita ayuda; pero ¡No la obligues! dale la confianza de que pueda contarte lo que está pasando en su mundo.

  • Antes de presionarla para buscar ayuda profesional, es importante que ella se dé cuenta de cuánto la están afectando los medios de comunicación, sus amigos, las redes sociales o el ejemplo que ve en su familia. Esa es la forma con la que le puede nacer pedir ayuda.

  • @ElCuerpoQueSomos quiere crear consciencia sobre estos retos y esta moda fit, que se está convirtiendo en algo tóxico. Queremos enviar un mensaje donde entendamos que la belleza no se mide por cuan flaca estés o por un número en una báscula.

  • A veces lograr un peso "ideal" o bajar centímetros o medidas no garantiza la felicidad. Debemos empezar un camino desde el ser, un viaje que nos reconectemos con nosotros mismos, donde podamos escuchar nuestro cuerpo e identificar sus necesidades, donde no lo llevemos a los extremos, donde podamos comer sin miedos ni culpas, comer desde el amor, la gratitud, el placer y sobre todo la moderación. Donde podamos quitarle la etiqueta de "prohibidos" a esos alimentos que nos han enseñado a eliminar de nuestras vidas, donde reaprendamos a querernos y aceptarnos como somos y donde emprendamos un camino para cultivar nuestro amor propio.

  • Si en realidad queremos ver transformaciones en nuestro cuerpo, es tiempo de cambiar nuestros pensamientos, dejar de someternos a cumplir retos insostenibles y lograr un trato más amoroso y amable hacia nosotros mismos, así como tratamos a los que más queremos.

El Cuerpo que Somos no quiere promover la obesidad, ni la extrema delgadez; más bien quiere fomentar una iniciativa donde podamos elegir quiénes queremos ser desde el amor, desde nuestra esencia y nuestros valores, promoviendo hábitos saludables sin obsesiones, pero lo más importante: fortaleciendo nuestra salud mental.


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